Odio la oscuridad por lo mismo que la amo, por los miedos que en ella se esconden y por todo lo maravillosamente inexplorado que se guarda dentro de su profundidad. Soy una criatura de la oscuridad, que sin embargo necesita de una luz para seguir adelante.
…Una criatura de la
oscuridad que se ve obligada a convivir con una luz que no le pertenece no
tiene otra opción más que seguir adelante…
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Sangre, placer, vida, sentimientos, experiencias, aprendizajes. Todas esas emociones que nos causa este conjunto de cosas, que forman parte nuestra perdida humanidad y de lo que alguna vez fue el estandarte de nuestra inocencia, se transforman tomando la forma de quien las posee, dependiendo de ese ser su uso y su acción.
Tan compleja parece a veces esta vida, pero tan simple es en realidad experimentarla. Un ser nunca aprenderá a no tener más preocupaciones de las que debe solo por un engaño de su subconsciente. Todo se arregla con lo que se encierra dentro de nuestro corazón.
Todas estas criaturas que de la tierra vienen, pero que sin embargo se ven engendrados por años de sangre, sufrimiento o tal vez ira no tienen un rumbo fijo hasta que se convierten en arcángeles del cielo nocturno. Salvadores de la oscuridad, Mesías de los confines del mundo, guiados solo por la luna y el ser.
Esos salvadores, caracterizados por sus ojos perdidos en el infinito, reflejando cada color del arco iris en su absorbente y tornasolada mirada; son aquellas criaturas que entre su misma especie se protegen y guían a quienes hayan perdido el rumbo en el mundo.
…Un ángel guardián para un
demonio nocturno…
Louhi~
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